Intimidad un viaje al corazón de Dios

La intimidad con Dios  es un viaje que hacemos para llegar a un lugar que nos permite tener la certeza, la más profunda convicción, confianza y seguridad de la total inmutabilidad de Dios, proviene de conocer quién es Él, poder descansar en su naturaleza y carácter, llegar una y otra vez a rendirnos asombrados de su nobleza, hermosura y majestad, ocasiona que cada día te levantes consciente de su presencia, su fidelidad, lo cual te lleva a celebrar con profunda alegría todo lo que Dios es y ha provisto.

Mediante una relación íntima  ampliamos el nivel de conciencia de Dios. Jamás  nada sustituirá la relación con Dios, ni el conocimiento, poder, obras misiones, nada por sí mismo, todo ello nace y surge como consecuencia de conocerle y tener comunión con él, nada puede ocupar ese espacio, nada puede extraviarnos del camino de retorno al corazón del Padre, de donde fuimos arrancados. Is 51:1 Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.

Intimidad es conexión, es reposo, es un recorrido, una vivencia cotidiana Nada sustituirá Aquel quien es la fuente de la vida, es Jesús quien nos muestra el trayecto al corazón de nuestro Papá, este recorrido se transita paso a paso en total compañerismo con el Espíritu Santo. No se trata de transmitir solo un mensaje, se trata de retratar al mensajero, por ello los fariseos quedaban desconcertados porque iban por un mensaje y Jesús les mostraba al Padre, hoy las personas no necesitan religión, el único que los puede salvar y dar sentido a sus vidas, como nos la dio a nosotros es un encuentro con Jesús y fuimos creados para reflejarlo. Así como Jesús representa al Padre abriendo un camino vivo y nuevo para llegar a él, el Espíritu Santo nos revela a Jesús y el mundo le conocerá cuando los hijos de Dios lo revelen a Él.

Tú vida fue diseñada para ser una carta viva en la que todos puedan leer a Jesús, puedan ver una relación de profundo e inquebrantable amor de Dios. La intimidad con Dios es la vida cristiana, un apasionante recorrido de la mano con Jesús; “Yo no te dejaré nunca te desamparare”, llegar al corazón del Padre, es tener la l seguridad, en  la fidelidad de Dios.

 

                                                                                                              Autor: Marizella Valdés

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